Caí en tu trampa, no me puedo quejar, jamás dudé, jamás me negué. Quizás hubiese sido preferible que estas cosas no pasaran, que el tiempo sin vos me hubiese servido de lección para no volver atrás, pero el viento cambia, se da vuelta la tortilla, o como le quieras decir, la cuestión es que otra vez estamos acá, hace como tres meses que ni nos hablábamos, y hoy, así, sin querer, derepente, caí otra vez en tus poesias, en esos versos, y vos no sé en que caiste, pero caiste. En fin: Caimos. Y ahora estamos con las espectativas que no nos dejan dormir, ni ser, ni estar... Ni parecer. Es que las cosas, como ya sabés, mejor que nadie, son muy raras, entre el amor repentino, y la disolución de todo,
¡Ay, quien pudiese entenderme, si ni yo me entiendo! Lamentablemente, es fácil caer en la miel de tus palabras, pero no estoy segura de que eso sea lo que yo quiero. No estoy segura de tener la valentía suficiente como para afrontar las consecuencias. No se si la causa lo vale. Dicen que si de amor se trata, la consecuencia no es nada, lo que mas vale es la causa. Creo que mas vale analizar todo ahora, mil veces que estoy a tiempo de parar, de gritarte que soy una inmadura de mierda, una pendeja. Y pensar que una vez me dijiste que nunca habías conocido una chica que tuviese tan bien puesta la cabeza. Creo que te equivocabas, o yo me equivoqué, quizás parecía mas madura de lo que realmente soy, quizás te desepcioné. Perdón, no fué mi intención, quiero mas que nadie que estés bien, pero no creo que yo pueda darte ese "bien" que vos necesitas. Quiero decirte que jamás quise a nadie como a vos, entonces, te vas a preguntar ¿Y entonces? Y bueno, simplemente, no tengo ganas de sufrirle a tu sinceridad, y yo estar acá siendo una Doña Rosita, esperando de que ocurra el milagro de que entiendas que yo no haría eso, como ya te lo dije unas cuantas veces, yo no lo necesitaba, y bien, si vos lo necesitabas, negrito, no te puedo pedir que te niegues a lo que de verdad necesitas, pero que elijas, yo ya no quiero llorar, ni sentirme una tonta, ya no quiero, yo quiero algo bien, algo concreto.
¡Ay, casi lo olvido! Agradezco eternamente que hayas sido tan sincero conmigo, ¿no?, porque vos sabías que esto se podría evitar con una mentira tonta, simple, total, jamás me hubiese enterado, pero preferiste ir de frente, ser valiente, gracias, la verdad, eso es lo que mas me hace pensar, porque la sinceridad es lo mas hermoso que tenés. Aunque digan que la verdad no duele, yo creo que duele mucho, pero duele menos que la mentira.
Bien, vamos a darnos una segunda oportunidad, vamos a dejar que pase todo lo que tenga que pasar, no voy a negar que me hacés bien.
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Romeo & Julieta ~Escena II; Acto II. (Frag.)
(En el jardín de Capuleto)
[ E n t r a R o m e o ]
#Romeo: -¡Se burla de las llagas el que nunca recibió una herida!
~Julieta aparece arriba, en una ventana~
#Romeo: -Pero, ¡Silencio!, ¿qué resplandor se abre paso a través de aquella ventana? ¡Es el oriente, y Julieta el sol! ¡Surge, esplandeciente sol, y mata a la envidiosa luna, lánguida y pálida de sentimiento, porque tú, su doncella, la has aventejado en hermosura! ¡No la sirvas, que es envidiosa! Su todado de vestal es enfermizo y amarillento, y no son, sino bufones los que usan. ¡Deséchalo! ¡Es mi dueño! ¡Oh, es mi amor! ¡Oh, si ella lo supiera!.. Habla...; Mas nada se escucha; pero ¿qué importa? ¡Hablan sus ojos; les responderé!.. Soy demasiado atrevido. No es a mí a quien habla. Dos de las mas resplandecientes estrellas de todo el cielo, teniendo algún quehacer, ruegan a sus ojos que brillenen sus esferas, hasta su retorno. ¿Y si los ojos de ella estuvieran en el firmamento y las estrellas en su rostro? ¡El fulgor de sus mejillas avergonzaría a esos astros, como la luz del día a la de una lámpara! ¡Sus ojos lanzarían desde la bóveda celeste unos rayos tan claros a través de la regio etérea, que cantarían las aves, creyendo llegada la aurora!... ¡Mirad cómo apoya en su mano la mejilla! ¡Oh! ¡Quén fuera guante de esa mano para poder tocar esa mejilla!
#Julieta: -¡Ay de mí!
#Romeo: -Habla, ¡Oh! ¡Habla otra vez, ángel resplandeciente!... Porque esta noche apareces tan esplendorosa sobre mi cabeza como un alado mensajero celeste, ante los ojos estáticos y maravillados de los mortales, que se inclinan hacia atrás para verle, cuando él cabalga sobre las tardas perezosas nubes y navega en el seno del aire.
#Julieta: -¡Oh, Romeo, Romeo! ¿Por qué eres tú Romeo? Niega a tu padre y rehusa tu nombre; o, si no quieres, júrame tan solo que me amas, y dejaré yo de ser una Capuleto.
#Romeo: -¿Continuaré oyendola, o hablo yo ahora?
#Julietaa: -¡Sólo tu nombre es mi enemigo! ¡Por que tú eres tú mismo, seas o no Montesco! ¿Qué es Montesco? No es mano, ni pie, ni brazo, ni rostro ni parte alguna que pertenezca a un hombre. ¡Oh, sea otro tu nombre! ¿Qué hay en un nombre? ¡Lo que llamamos rosa exhalaría el mismo grato perfume con cualquier otra denominación! De igual modo Romeo, aunque Romeo no se llamara, conservaría sin este título las raras perfecciones que atesora ¡Romeo, rechaza tu nombre; y, a cambio de ese nombre que no forma parte de tí, tómame a mí toda entera!
#Romeo: -Te cojo tu palabra. Llámame solo "amor mío" y seré nuevamente bautizado ¡Desde ahora mismo dejaré de ser Romeo! ((N. de la T.: AAAAI me muero del amor en esa parteeeee!)).
#Julieta: -¿Quién eres tú, que así, envuelto en la noche, sorprendes de tal modo mis secretos?
#Romeo: -¡No sé como expresarte con un nombre quién soy! Mi nombre, santa adoradora, me es odioso, por ser para tí un enemigo. De tenerla escrita, rasgaría esa palabra.
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Obvio que sigue :B Pero, esa es la parte que mas me gusta, son re dulces las cosas que dice Romeo, lo que sí, Julieta es una tremenda idiota, Já! Me parece que es cuestión de nombres, ajaja :P
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